Bolivia, un País de Incautos
OPINIÓN | 3 Nov 2017
HUGO BALDERRAMA / 3 NOVIEMBRE.- El mes que concluyó (octubre 2017), fue particularmente movido en materia económica: El robo millonario realizado por un funcionario del Banco Unión, la reducción del nivel del crecimiento nacional y el anuncio de la suspensión del segundo aguinaldo, fueron noticas que sacudieron a los medios de comunicación. A pesar, de la aparente gravedad de los acontecimientos, esos no son nuestros verdaderos problemas.
Nuestras dificultades tienen un trasfondo más grande. El economista Mauricio Ríos García, en su libro “Incautos”, nos describe de manera brillante, los problemas estructurales que afectan a Bolivia. Ríos Garcia identifica tres “macro burbujas” en la economía de Bolivia, que se han ido alimentando entre sí: la estatal, la financiera y la productiva.
La burbuja productiva, es el resultado natural, de anteponer el consumo a la producción, usando para ese cometido: la reducción artificial de las tasas de interés, que hacen crecer de manera constante la base monetaria. Justamente, es esta burbuja, la que empezó a reventar, y lo refleja la desaceleración de nuestra economía, como fiel reflejo de agotamiento del modelo.
Paradójicamente, la vieja receta de estimular la demanda interna con dinero barato, es una política que nunca ha funcionado en ningún lugar. Los resultados son siempre los mismos: mala asignación de recursos, descapitalización poblacional, quiebras dolorosas y crisis de ahorro. Entonces: ¿Por qué los socialistas siempre la aplican?: es una medida altamente rentable en términos políticos. En otras palabras: para ganar se requiere adeptos, para conseguir adeptos se necesita subsidios, y la única forma de financiar subsidios, es inyectar dinero a la economía a través de la banca privada o los elefantes blancos (obras públicas). Pero su principal rédito es contar con un as bajo la manga, para culpar a la “derecha” cuando la realidad toca las puertas. Lastimosamente, nuestra oposición política, está llena de incautos.
La única forma de solucionar los problemas estructurales, es cambiar del actual sistema socialista (vigente en el país desde 1952), al sistema opuesto con gobiernos limitados, propiedad privada y mercados libres. Y para eso se requiere, una fuerza política que conozca el camino de salida, empezando por la derogación de las leyes malas y la devolución a la sociedad de civil de poderes, funciones y recursos, que actualmente están usurpados por el Estado.
/*Hugo Balderrama es economista Master en Administración de Empresas y PhD. en Economía/
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Fuente: VISOR BOLIVIA