Multiculturalismo vs Occidente
OPINIÓN | 20 Abr 2018
Entendemos por occidente toda aquella cultura que nace dentro el seno del cristianismo. Durante varios siglos, la iglesia fue la gran constructora de occidente. Primero fue la conversión de Constantino (año 313). Segundo: la influencia que tuvo el Remigio en el reino galo. Y siguieron otras etnias y tribus, en las viejas provincias romanas.
Por primera vez, las tribus romanas de ambos lados del Rhin, conocieron la distinción entre lo político y religioso. De esa distinción nace la separación de poderes y el modelo de sociedad basado en esferas soberanas (familia, economía, escuela, gobierno civil e iglesia) viviendo en armonía y complementación. Es dentro de ese marco histórico que, se desarrollan las ideas del derecho natural, el libre mercado y las grandes revoluciones de la humanidad (incluida la revolución industrial).
Carlos Marx y Federico Engels fueron enemigos declarados de todos los grandes éxitos de occidente. Para los marxistas: la familia, la propiedad privada y el gobierno son instituciones que cumplen funciones solo transitorias que, fruto de las contradicciones propias del capitalismo, implosionarían y darían paso a una sociedad comunista llena de paz. Por mucho de científico que reclame el marxismo, no deja de ser un cuento lleno de fantasías.
En 1848, la primera internacional socialista, redactaba el manifiesto comunista. Hoja de ruta que, deberían seguir los partidos de izquierda, para alcanzar la revolución proletaria. Este documento, concentraba sus ataques en el ámbito económico, eliminar la propiedad privada era su último fin.
Tras la primera Guerra Mundial y el hundimiento de la II Internacional Socialista, una vigorosa corriente doctrinal dentro del marxismo, sobre todo a partir de 1945, da por obsoleta la teoría leninista de la conquista violenta del poder por la clase proletaria.
En lugar de asaltar el Estado para cambiar la mentalidad de la sociedad, los izquierdistas acomodados en las sociedades del bienestar (socialdemócratas), adoptan la tesis contraria.
Es necesario primero transformar radicalmente el alma humana, para que el poder caiga en manos de la izquierda, en palabras del propio Gramsci, “como fruta madura”. El gusto por la contracultura, el antiamericanismo primario, el ecologismo furibundo, el pacifismo a la violeta y, en general, la predilección de la progresía contemporánea por todos los enemigos del sistema occidental, tienen su origen en este revisionismo marxista de principios del siglo pasado.
La ideología de género, el ecologismo y el multiculturalismo son los nuevos tópicos de la izquierda que, se disfrazan de científicos, para destruir las libertades individuales y agrandar el tamaño del estado.
En los años 60, Plinio Correa de Oliveira nos advertía de las trampas semánticas que, la izquierda estaba preparando para confundir el lenguaje y reducir el debate al plano sentimental. Y eso es, exactamente, el concepto de multiculturalismo.
Una trampa que pretende destruir la cultura occidental, mediante las migraciones forzosas y pagadas por impuestos de ciudadanos locales. La idea es llenar los países de gente que tiene valores que son abiertamente contrarios a la cultura occidental. En Bolivia mi país, es muy fácil que cualquier muchacho bohemio y “artista” con una remera del “Che” obtenga una visa a Francia y otra serie de subsidios. Paradójicamente, una empresa que quiera exportar productos tiene una montaña de requisitos burocráticos.
El escritor Douglas Murray, en varios de sus sesudos escritos, nos muestra la manipulación que realiza la prensa europea de la opinión ciudadana sobre los migrantes. Por ejemplo: en agosto del 2017 la empresa de sondeos “YouGov” realizo una encuesta a 2000 ciudadanos británicos. Los resultados muestran que, un 41% considera que los árabes no aportan nada a Inglaterra y el 55% estaba de acuerdo con realizar un registro de seguridad. Como la investigación la pago la fundación “Arab News” perteneciente a la familia real de Arabia Saudita, se usaron los datos, como una muestra de “islamofobia” en la sociedad inglesa, y no para explicar que, el temor era producto de los recientes atentados terroristas.
Reescribir la historia para mostrar a occidente como una sociedad criminal, y causante de todas las desgracias mundiales: desde la explotación de los indios en la colonia hasta el cambio climático es, la estrategia para hacer que los países de Europa y EEUU financien cuanta locura se les ocurra los burócratas de la ONU. Desde programas de lucha contra el cambio climático hasta invasiones bajo el título de refugiados.
¿Estar en contra del multiculturalismo es estar en contra de la migración? No, para nada. Pero entendemos que la migración es saludable dentro el marco del libre mercado y los gobiernos limitados. Bajo las condiciones actuales, la migración es una estrategia de la izquierda para tener nuevos sujetos “revolucionarios”. Caso análogo al movimiento LGTB.
/*HUGO BALDERRAMA ES ECONOMISTA MASTER EN ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS Y PHD. EN ECONOMÍA/
Fuente: VISOR BOLIVIA