La Nueva Tiranía: Una Batalla para los Conservadores
OPINIÓN | 13 Jul 2018
La ideología de género es el camino para implantar una nueva tiranía. La apariencia de libertad es la ventaja que ésta tiene sobre el comunismo y el fascismo del siglo XX. Esto es fruto de una maniobra de gran calado de la izquierda, que ante el fracaso estrepitoso de sus postulados ideológicos clásicos, decide en un momento determinado “reinventarse” y erigirse en paladín de un relativismo a ultranza, donde el único dogma aceptado es que no existen dogmas.
Lastimosamente, la derecha, ingenuamente, concentró sus esfuerzos en el orden económico, siendo rebasada por donde menos lo esperaba: la cultura. Y en muchos casos, los “think thanks” defensores del libre mercado reniegan del concepto de derecha y aceptan convivir con los nuevos dogmas de lo neoizquierda, tontos útiles los llama Hebert Marcuse.
En la batalla por la civilización, la neoizquierda nos lleva mucha ventaja. Monopolio de los medios de comunicación, corrupción generalizada en el mundo intelectual, colonización del sistema educativo y un sistema legal que castiga la disidencia. A nombre del “progresismo” la familia, la escuela, la Iglesia y cualquier otra institución intermedia de la sociedad son atacadas sin compasión. Las personas de derecha somos acusadas de fanáticos religiosos. Oponerse a la tiranía del género se llama “homofobia” y la vieja estrategia marxista de degradar e insultar hoy se disfrazada de “tolerancia”.
La juventud actual, con salvadas excepciones, es el “hombre nuevo” producto de todas estas nuevas “teorías” implantadas desde el vértice del poder. El joven progresista, aunque muchas veces no se identifica como tal, tiene escaso nivel de razonamiento y es un consumidor acrítico de las modas ideológicas actuales.
Para comunicarse utiliza un lenguaje vacío llamado “comunicación asertiva”. Cree que el hombre es un virus para la “madre tierra”. Apoya leyes que limitan el consumo de carne para evitar sufrimiento animal, pero considera que los embriones en vientre materno no son humanos. Y cree que la sociedad debe aceptar sus caprichos.
La resistencia contra tiranía del género es una tarea para los conservadores. El escritor español Juan Manuel de Prada, de manera brillante, explica algunos pasos para esta nueva cruzada.
Primero, rescatar el concepto de conservador. Mostrar que los conservadores defendemos los pilares que sostienen a occidente: el libre mercado, el gobierno limitado y la propiedad privada. Que preferimos una sociedad de orden espontaneo y nos oponemos a cualquier intento de ingeniería social. Segundo, salir del economicismo. Defender el libre mercado es importante, pero no es lo único. La ética debe ser un campo de trabajo para las nuevas fuerzas derechistas. Y tercero, romper el espiral del silencio y obligar a los “progresistas” a debatir en un campo que ellos detestan, la razón.
Sinceramente, es un camino difícil, pueden perderse amistades y afectos, pero vale la pena. Personajes como Donald Trump, Ben Shapiro, Agustín Laje, Nicolás Márquez, Yorbis Esparragoza Alicia Rubio y el mismo Juan Manuel de Prada son grandes ejemplos a imitar. A todos ellos “Gracias Totales”.
/*HUGO BALDERRAMA ES ECONOMISTA MASTER EN ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS Y PHD. EN ECONOMÍA/
Fuente: VISOR BOLIVIA