Bolivia, un país con dos sistemas
La ciencia económica se halla llena de sofismas. Esto no es una simple casualidad, ya que a las dificultades inherentes a la materia, que en todo caso se superan con estudio, hay que sumarle los intereses egoístas que sostienen esos sofismas. Por lo general, son las “élites herméticas” las interesadas en sostener los errores económicos, ya que son ellas las mayores beneficiadas de los mismos.
Además, de toda la plétora de intereses egoístas, existe un segundo factor que todo el tiempo engendra errores económicos: la tendencia del hombre a concentrarse en el corto plazo, olvidando los efectos posteriores de las políticas económicas.
Bolivia, mi país de origen, cobró notoriedad el año 2006, cuando Evo Morales asumió el poder de la nación y arrancó con el “Proceso de Cambio” (una serie de políticas económicas y sociales que convertirían al país, según los ideólogos del gobierno, “en la Suiza de Sudamérica”). El año 2013, el PIB del país alcanzó un crecimiento superior al 6%, la mayoría de los analistas económicos hablaron del “milagro” boliviano y el éxito de la gestión de Morales. Los pocos que cuestionamos ese aparente oasis económico fuimos tratados de herejes y traidores a la Patria. Pero la realidad nos acabó dando la razón, la economía nacional no está ni blindada ni es un ejemplo a seguir. De hecho, la gestión del Movimiento al Socialismo es la repetición de las mismas falacias económicas de siempre. Veamos:
Desde la año 2006, la tesis de crecimiento del gobierno ha sido que ha mayor estimulo de la demanda interna mediante mayor gasto fiscal, mayor crecimiento. Esto les ha permitido repetir de manera recurrente la idea del éxito del modelo boliviano y el blindaje de nuestra economía. Pero la realidad acaba tocando la puerta, el Presupuesto General de la Nación para el año 2019 proyecta un gasto de $6.510 millones (775 millones menos que el año 2018) y un “crecimiento” del 4,7%, al parecer se les han terminado las fuentes de financiamiento para gastar a manos llenas.
Las políticas sociales eran el otro pilar de la gestión del Movimiento al Socialismo. El año 2011, el gobierno vendió a la gente la fantasía de una casa propia a bajos intereses. La tasa de interés (el precio más importante de la economía) se redujo artificialmente para financiar el programa de vivienda social e impulsar la inversión. Los empresarios fueron inducidos a cometer errores empresariales, y emprendieron una serie de proyectos muy riesgosos, por ejemplo, edificios de apartamentos y urbanizaciones lujosas que nunca tuvieron una demanda real. Hoy, vivimos en la etapa de ajuste de esa irresponsable política. Las principales ciudades del país están llenas de viviendas en venta, la mora bancaria se disparó y el desempleo creció (para una mejor compresión del tema pido revisar los trabajos de Mauricio Ríos García).
Entonces ¿Por qué la economía nacional no está en las mismas condiciones que Argentina o Venezuela? Porque Bolivia es un país, pero con dos sistemas.
En julio del presente año, el Fondo Monetario Internacional presentó un documento titulado “Economías sombrías en todo el mundo: ¿Qué aprendimos en 20 años?” en el que se estudiaron 158 economías. Bolivia obtuvo un porcentaje del 62,3%, convirtiéndonos en la economía informal más grande del mundo. Según investigaciones del economista Danilo Velasco Valdez, docente de la Universidad Privada Boliviana, el sector informal genera el 40% del empleo y un 70% de los bienes y servicios demandados en las principales regiones del país. Si bien ambos trabajos presentan buenos datos, persisten en el error de considerar la economía informal como un problema, cuando en realidad es una bendición.
Si no fuera por la economía informal Bolivia estaría en una situación miserable. Todo el desastre que producen las políticas socialistas es subsanado gracias a la existencia de mercados negros que satisfacen la indispensable oferta y demanda que el gobierno aniquila con sus irracionales medidas. Como diría mi amigo y maestro, el filosofo argentino Mayo Von Holtz: “Los mercados negros son la economía que existe contra los interés del Estado y a favor de los intereses de la población”.
Feliz Navidad y hasta la próxima, Si Dios quiere.
Fuente: www.visorbolivia.com