El Sistema Único de Salud, una trampa para bobos
El 27 de octubre del pasado 2018, el gobierno aprobó el “Sistema Único de Salud”. La idea central es garantizar a todos los bolivianos el “derecho” a la salud de manera “eficiente” y “gratuita”. Los oficialistas ven el proyecto como una victoria más del “proceso de cambio”. Por su parte, los opositores critican que se haga en año electoral y sin la suficiente “planificación”. Pero nadie hace el análisis de fondo. Veamos.
El Estado como proveedor de todo tipo de servicios es la idea más peligrosa y, lamentablemente, la más contagiosa en la política boliviana. Existe abundante literatura que destruye las posturas pseudocientíficas que justifican ese sofisma que solo favorece a los intereses de las “elites herméticas” (grupos de poder cuyo negocio es vivir del Estado). Sin embargo, en Bolivia todavía se presenta el gasto fiscal como la panacea a todos los problemas del país. Pero la realidad es otra.
Nadie, y mucho menos el gobierno, puede producir cosas sin costo. Todo lo que los gobernantes ofrecen de manera gratuita (salud, educación o vivienda) se financia con exacción fiscal. Cada centavo que gasta el gobierno es un centavo menos en el bolsillo de los contribuyentes. Mientras mayor sea la presión fiscal, más se desalientan las inversiones futuras. Y menos inversiones significan menos empleos y más pobreza. Ahora, imagine de dónde saldrán y las consecuencias que traerán los 200 millones de dólares que el gobierno de Evo Morales destinará para el “Seguro Único de Salud” en Bolivia.
Y por favor, yo no estoy en contra de los pobres ni quiero que la gente muera sin piedad. Pero las medidas de corto plazo son como la droga para un adicto: satisfacción temporal a cambio de un futuro tenebroso.
Por otro lado, la retorica de llamar “derecho” a cualquier cosa que uno necesite es un peligro para la sociedad. Cuantas más funciones asuma el gobierno, más poder obtienen los gobernantes y nosotros perdemos más libertad. Por ejemplo, cuando el Estado te garantiza educación te otorga adoctrinamiento. Y cuando te ofrece salud, en realidad, te está sometiendo a una dependencia crónica de la asistencia estatal. Lastimosamente, la mayoría de la población ha comprando una mentira como una gran verdad.
Primero, la salud es una esfera privada. Los individuos y las familias son los directos responsables del cuidado de la salud. Un adulto debe asumir la mayordomía de su cuerpo, prevenir los riesgos y planificar su vejez.
Por otro lado, parte de las funciones del patriarcado (gobierno de los padres) es cuidar de la salud de los miembros más vulnerables de las familias. En el fondo, el ataque al patriarcado es una estrategia de debilitamiento familiar y sometiendo del individuo al estado.
Segundo, seguir la ruta del capitalismo es la única manera realista de fortalecer la economía familiar. Familias económicamente fuertes son capaces de proveer educación y cuidar mejor la salud de sus integrantes. Lo contrario es caer en la dependencia socialista, y eso es esclavitud por donde se mire.
Fuente: www.visorbolivia.com