El fusionismo, la reacción de la Derecha contra la revolución de la Izquierda
Enrique Santos Discépolo bautizó el siglo XX como “Cambalache”. Y tenía razón, los méritos fueron irrespetuosamente igualados. En sus letras todo es igual: “lo mismo un burro que un gran profesor” y “el que no roba es un gil”. En el siglo XXI las cosas son peores, lo malo es mejor que lo bueno, los sentimientos se imponen a la razón y los caprichos se vuelven leyes.
El marxismo cultural, el feminismo y la ideología de género atacan sin piedad a la familia, la ética y hasta la biología básica. A las viejas leyes de control de ganancias, salario mínimo, aranceles de importación e impuestos elevados se suman las leyes anti discriminación, aborto legal, “matrimonio” homosexual y educación inclusiva. Todas leyes contrarias a la libertad y funcionales al crecimiento del aparato estatal. Paradójicamente, y movidos por su aversión al conservadurismo y al cristianismo, muchos libertarios hacen eco de toda la agenda liberticida de la nueva izquierda.
La homosexualidad y la bisexualidad, asuntos tan viejos como la humanidad misma, son las nuevas banderas políticas que usan los lobbies para atacar todo aquellos que les desagrada. Todos estos grupos buscan como usar los medios políticos, que son coercitivos por naturaleza, para imponer sus intereses sobre toda la sociedad y, como dijo el gran Frederic Bastiat: “Vivir a expensas de los demás”.
Los cristianos, por obvias razones de fe y ética, estamos en desacuerdo con las prácticas homosexuales. Pero por las mismas razones entendemos que son asuntos que deben ser resueltos en el fuero íntimo y privado. La mejor garantía para mantener la libertad es mantener al Estado fuera de esos asuntos tan delicados. De hecho, eso era lo habitual hasta bien entrados los años 80. Por ejemplo, Freddie Mercury, uno de los más grandes cantantes del siglo XX, fue duramente atacado por activistas LGTB por vivir su vida sexual en privado y negarse a hacer un propagandista del lobby rosa.
El escritor argentino Nicolás Márquez, coautor del Libro Negro de la Nueva Izquierda, describe tres características que debe tener la derecha reaccionaria para enfrentar los ataques de la neo izquierda.
Primero, entender que la batalla se trasladó del terreno económico al campo cultural. Segundo, aglutinar a los sectores que son anti comunistas por naturaleza: liberales económicos, conservadores y tradicionalistas. Tercero, establecer una plataforma política mediante redes sociales para romper la hegemonía roja.
Los consejos de Márquez son nuevos en el mundo de habla hispana, pero viejos para los EE.UU. e Inglaterra. Fusionismo es su nombre, y es el secreto detrás del éxito de Barry Goldwater, Ronald Reagan y Margaret Thatcher.
La hermosa filósofa venezolana Yorbis Esparragoza, con quien me une una linda amistad, semanas atrás desarrolló un documento titulado “El decálogo de la derecha”. Una lista de los puntos que son los pilares para la derecha naciente en Hispanoamérica: 1) Menos Estado, 2) Imperio de la ley, 3) Federalismo, 4) Propiedad Privada, 5) Libertades políticas, religiosas y económicas, 6) Privatizaciones, 7) Libre Mercado, 8) Protección de la identidad nacional, 9) Defensa de la tradición judeocristiana y 10) Solo se reconocen los 3 únicos derechos que existen: vida, propiedad y libertad.
Los puntos 1 al 7 son los pilares básicos del liberalismo económico y los tres restantes son los fundamentos del conservadurismo. Esa es la fórmula que permitió que Jair Bolsonaro triunfe en las elecciones brasileñas. Y es la misma que está usando Juan Jose Gómez Centurión en su partido NOS para patear el tablero de la política argentina.
Es sumamente alentador que la derecha por fin reaccione y empiece a dar batalla. Al final, la derecha es el orden, la paz y el trabajo. Nada malo frente a lo que la izquierda propone desorden, conflicto y miseria. Y los conservadores no somos unos amargados atados al pasado, sino los defensores de aquellos valores que valen la pena conservarse para que la humanidad camine la ruta del progreso y la libertad.
Fuente: www.visorbolivia.com