Entrevista con Mauricio Ríos Garcia.
Semanas atrás, Mauricio Ríos me regaló parte de su tiempo para hablar de economía, conservadurismo y el rol del ahorro en la sociedad. A continuación comparto parte de la entrevista.
HMB: ¿Cómo definiría usted el ahorro?
MRG: La manera más sencilla y tradicional de definir el ahorro es como la abstención del consumo presente, o como la restricción del disfrute de los bienes de consumo en el presente, y en sentido relativamente más moderno, significa gastar menos de lo que ingresas.
HMB: ¿Qué sentido tiene una renuncia actual respecto al disfrute en el futuro?
MRG: Para los individuos renunciar al consumo presente tiene sentido porque considera que de esa manera mañana podrá consumir más; renunciar a algo significa, al mismo tiempo, buscar algo a cambio, una recompensa, ya sea en forma de una cantidad y calidad mayor de bienes de consumo, o en forma de mayor tiempo. La renuncia está pocas veces relacionada con el altruismo desinteresado, por lo general implica egoísmo en busca de una recompensa que la justifique, indistintamente del motivo que la impulsa.
HMB: ¿Qué relación existe entre ahorro y capital?
MRG: El ahorro y disfrute consecuente no es un proceso mecánico ni mucho menos automático, sino que los individuos primero se abstraen con una idea que podría permitirles mejorar su condición de vida, pero para ponerla en práctica primero deben sacrificarse y correr con el riesgo de que su idea no funcione al ser aplicada. Por tanto, también debe hacer un esfuerzo por poner en práctica la idea que tiene para solucionar un problema. El ahorro, que implica tiempo y paciencia, o esfuerzo, sacrificio y recompensa, es el único camino hacia la formación de capital y consecuente mejora de las condiciones de vida tanto de unos mismo como de su entorno inmediato.
HMB: ¿Qué efecto sobre el progreso social tiene el ahorro?
MRG: Parafraseando a Ludwig von Mises, el ahorro y la acumulación resultante de bienes de capital están al principio de cada intento de mejorar las condiciones materiales del hombre, y constituyen el fundamento de la civilización humana. Sin el ahorro y la acumulación de capital no podría haber ningún esfuerzo hacia fines materiales ni de disfrute. La abundancia, fundamentalmente de tiempo, sirve primero para permanecer alerta en la identificación pertinente de oportunidades para solucionar problemas en su entorno, para luego idear nuevas y mejores maneras de lograrlo, y finalmente en la perspectiva de tratar de aplicar dichas ideas hasta lograr la mejora de la calidad de vida del individuo cooperando con su entorno. Y como el capital siempre se agota o deteriora, el proceso anteriormente descrito nunca termina, la búsqueda de generación de nuevas y mejores ideas para solucionar problemas es inagotable, es un big bang de innovación permanente.