Cambiar el pasado para controlar el futuro, otra táctica del masismo
Desde la caída de Evo Morales el 10 de noviembre del 2019, y hasta la fecha, sus seguidores, y él mismo, repiten la frase: «volveré, y seré millones». Locución que aparece en la novela Espartaco del autor Howard Fast, pero que los propagandistas del régimen masista le atribuyen a Tupac Katari.
Pero apropiarse de expresiones, no fue el único caso de mentiras bien diseñadas por el régimen de Morales. Por ejemplo, Valentín Mejillones -conocido como el amauta de los poderosos– pretendía mostrar a Evo Morales como descendiente directo de Tupac Amaru. O de las expresiones de odio contra la cultura occidental y la tradición católica por parte de David Choquehuanca, Félix Patzi o Diego Pari –en más de una ocasión, Patzi intento cerrar colegios católicos y evangélicos-
Pero esas ideas no salieron de los «intelectuales» del anterior gobierno –creer tal cosa sería una ingenuidad-. Sabemos muy bien que, al igual que Hugo Chávez, Morales es sólo un títere de la izquierda internacional.
Ya autores como Theodor Adorno, Max Horkheiner o Hebert Marcuse hablaron de la importancia de la guerra cultural. De hecho, Georges Lukacs, miembro del partido comunista húngaro, en varios de sus trabajos manifestó lo siguiente: «si la unidad familiar y la moral sexual transmitidas de padres a hijos lograban ser erosionadas, la sociedad podría fragmentarse». Por ende, los regímenes de Cuba, Venezuela y Bolivia sólo estaban poniendo en práctica un manual prediseñado. Pero ¿Por qué la izquierda pretende romper y cambiar el pasado de una manera tan frontal?
Porque ellos entienden que la humanidad se sostiene sobre tradiciones heredadas, y que gracias a ese saber acumulado que se avanza hacia el futuro. Por lógica, quien controle el pasado, será dueño del futuro. Y esa especie de revanchismo histórico mezclado con indigenismo y mucho pachamamismo es el eje central de la ley de educación Avelino Ziñani. Tristemente, ese pasquín ideológico se aplicó en toda Bolivia desde el año 2009, y que a la fecha todavía está vigente.
Por eso los políticos, especialmente los conscientes del peligro socialista, deben considerar un par de elementos.
Primero, se debe proteger a la familia de todo tipo de amenazas. Y esto no por una melancolía religiosa, sino por una razón práctica: es dentro de la familia que uno aprende a vivir en sociedad. Además, las sociedades más prosperas son las que se organizan de abajo hacia arriba. El gobierno ordenado de arriba a abajo fomenta individuos irresponsables. Adicionalmente, Estados enormes convierten en inútiles a los ciudadanos. Por eso es necesaria una reducción estatal en la educación, y permitir que alternativas como el homeschooling puedan funcionar de manera paralela al actual sistema educativo.
Segundo, comprender que es el mercado, no el Estado, quien crea la riqueza. Se debe pasar de un Estado padrastro, a un gobierno limitado, a mercados libres y propiedad privada. Esa la única manera de empoderar al ciudadano, y protegerlo de la manipulación mental, que a nombre de «servicios públicos», lo somete la izquierda.
Tercero, se debe permitir que las nueve regiones del país aprovechen sus vocaciones productivas. Por ejemplo, Cochabamba en el sector servicios, o Santa Cruz para las grandes inversiones agrarias. Pero está autonomía sólo será posible, si hablamos de independencia legal y competencia tributaria. Esto tiene dos ventajas. Uno, nos libramos de una pesada carga burocrática. Dos, nos reduce los costos de mantenimiento del gobierno.
Y finalmente, se debe condenar socialmente cualquier manifestación que nos recuerde los catorce años de Evo Morales. Esa gestión debe pasar a la historia como un episodio negro, y nada más.
diego
enero 20, 2020 @ 11:00 am
Hugo, me gusta tus palabras, es lo que todos pensamos y tú posibilitas condensar y ordebar en palabras para que otras personas puedan entender.
Leíste el libro Hugo Chávez el espectro? Las cosas que se encuentran ahí explica cómo sobrevivió la Argentina , como el chavismo se inserto en Bolivia etc etc etc. Si deseas te paso en digital aunque debes tenerlo.
Un saludo.