Mi villano favorito para las próximas elecciones
La compañía de producción de cine animado Illumination es la creadora de la serie de películas Mi villano favorito 1, Mi villano favorito 2 y Los minions. A lo largo de la saga, los minions muestran su incapacidad de vivir sin amo -por eso pasan su existencia buscando un villano-, su torpeza -intentando complacer a su amo, siempre sufren daños- y su obsesión por las bananas. Pues bien, mucho de lo que sucede en Hispanoamérica, especialmente en materia electoral, se parece, y bastante, a las películas.
Primero, nuestros países son prisioneros eternos de líderes mesiánicos, cuya carrera política se sostiene sobres las nefastas ideas de la «justicia social» -que no es ni justica ni social, sino un asalto descabellado a los bolsillos del prójimo-, la exaltación de la pobreza -soy el presidente de los necesitados, gritaba Evo Morales– y la manipulación de viejos problemas, por ejemplo, el tema étnico.
Segundo, nuestros pueblos sufren un problema llamado Síndrome de Estocolmo -un fenómeno donde las víctimas desarrollan un lazo afectivo con su victimario-. Verbigracia, a pesar de que Cristina Fernández enfrenta varios procesos por enriquecimiento ilícito y dejó a su a su país en banca rota, volvió a ganar en Argentina. O muchos venezolanos que salieron huyendo de la miseria socialista, especialmente rumbo a EEUU, son los mayores defensores de los socialistas del partido Demócrata -que, entre otras cosas, fue uno de los principales aliados de Hugo Chávez-.
Y Finalmente, especialmente en época de elecciones, el discurso tiene muy poco de político y mucho de barra brava. Característica que hace imposible el debate de programas, reduciendo la actividad «política» a una serie de insultos, acusaciones de corrupción y guerra sucia. Para citar un caso, durante el proceso electoral boliviano del año 2019, ningún candidato de los dos partidos más grandes pudo responder de manera correcta las siguientes tres preguntas:
1.- Bolivia lleva seis años seguidos con déficit fiscal ¿Cuál sería su propuesta electoral para bajar el mismo?
2.- ¿Qué mecanismos proponen para incrementar las reservas internacionales?
3.- El sistema financiero boliviano fue forzado a entregar créditos artificialmente bajos, política que trajo como consecuencia una burbuja inmobiliaria ¿Quitaría usted todas las reglamentaciones sobre las tasas de interés?
Los candidatos del Movimiento al socialismo negaron mi análisis, incluso me llamaron «facho servil», además de repetir el discurso del «milagro» económico boliviano. Y los candidatos de Carlos Mesa, que es más socialista que Evo Morales, acabaron alabando la gestión económica del MAS, pero se quejaron de su afán continuista y dictatorial. Adicionalmente, ofrecieron continuar con la «brillante» gestión económica del MAS, pero respetar la democracia. Es decir, estaban ofreciendo un socialismo «decente», pero socialismo al fin.
Y ni hablar de los simpatizantes y militantes de ambos partidos, muchos ni siquiera habían leído el plan de gobierno de sus partidos, pero ante la mínima critica, defendían a su candidato -si, a sus candidatos no a sus programas de gestión, o sea, mesianismo puro y duro-. Penosamente, esa actitud es lo que nos tiene sometidos a inflaciones recurrentes, debilidad institucional y abusos tributarios.
¿Y la lucha contra la corrupción?
La izquierda ha creado un mito alrededor de ella, y mucha gente piensa que la falta de pizarras en los colegios estatales, es por culpa de los corruptos que se roban la plata de los pobres niños. Pues no, la corrupción no es el problema, sino solamente un síntoma. El verdadero problema radica en un Estado que nos robó funciones, nos quitó poderes y, vía impuestos abusivos, tomó nuestra riqueza.
La solución al problema del estatismo no es pedirles a nuestros políticos que luchen contra la corrupción -de hecho, eso sería como pedirle a un mesero que limpie la mesa, pero con un trapo sucio-, sino por cambiar de sistema. Como muy bien lo explica el profesor John Mukum Mbaku, en su libro.Corruption in Africa: Causes, Consequences, and Cleanups. El Dr. Mbaku da en el clavo, mientras más pequeños el Estado y más libres los mercados, menor la corrupción.
Pero el cambio de sistema tiene que ir en dos caminos. Uno, la batalla cultural en todos los campos posibles -desde la academia hasta las canciones populares-. Y dos, la acción política, que incluya la renovación de todos nuestros políticos, y en eso, Juan López Centurión (Candidato por el partido NOS en Argentina) es un buen ejemplo a seguir.