Bolivia, un 6 de agosto con nada que festejar
El pasado lunes 28 de julio del 2021, el presidente boliviano, Luis Arce Catacora dijo lo siguiente:
Hemos visto cómo la derecha no tiene argumentos, porque la salud, la educación y economía avanzan en nuestro Gobierno. Hay ataques de la derecha que están empezando a decir una u otra cosa sobre la vacuna (…). La Sputnik-V representa sólo el 25% de vacunas que llegó al país; el 75% es de otras vacunas; y por lo tanto están garantizadas y no pueden estar diciendo que está en riesgo la vacunación.
Es evidente que para Arce Catacora los millones de bolivianos que tienen complicada su segunda dosis son, simple y llanamente, un pequeño porcentaje. Prueba clara que para los socialistas los ciudadanos de a pie somos un mero ladrillo en la pared, una ficha sin mayor importancia.
Sin embargo, pese a lo importante que es la salud, esa no es la única de las patológicas muestras de arrogancia del gobierno boliviano. Ya que la misma semana de las incendiarias declaraciones del primer mandatario, Marcelo Montenegro, titular del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, anunció que el Producto Interno Bruto (PIB) había alcanzado, entre enero y abril, el 5,3%. Dato que dejó abierta la posibilidad de pagar un segundo aguinaldo a fin de año.
Independientemente, de lo negativo que resulta para la economía el aguinaldo y, en general, todas las mal llamadas conquistas sociales. Es obvio que el ministro está jugando con las expectativas de la gente. Ya que -luego de la caída del 2020, especialmente, causada por la crisis del COVID-19- la economía debería crecer por encima del 11% para poder pagar ese beneficio.
Referente al tema, el economista Mauricio Ríos García expresó lo siguiente:
A pesar de que no tendría que pagarse el segundo aguinaldo en 2021, y de que el régimen de Arce se encuentre tentado a imponerlo, es necesario recordar que aún existen importantes riesgos de corto plazo para la economía, no sólo debido a la variante Delta, que vuelve a dibujar sombras sobre la recuperación económica global, sino propias de la política económica
Brillante análisis de Ríos García, dado que el Modelo Social, Comunitario y Productivo, una de las supuestas grandes creaciones del régimen de Evo Morales, se encuentra agotado. Aunque no por culpa de Jeanine Añez -como lo intenta imponer el gobierno-, sino porque era la repetición de viejos errores keynesianos, entre ellos, el gasto estatal desenfrenado y el impulso a las malas inversiones empresariales. En resumen, entre el 2006 y el 2018, la economía boliviana creció, pero no generó valor.
Por otro lado, las amenazas sobre la propiedad privada son cada vez más grandes y mucha más violentas.
Por ejemplo, bajo la excusa de luchar contra la pobreza, el gobierno nacional está impulsando los avasallamientos de tierras en Santa Cruz, el departamento más productivo y opositor por antonomasia, aunque es obvio que es un plan que busca asegurarse votación en una zona en la que históricamente perdió -una cruel ingeniera social ejercida desde La Paz-.
Con esa medida perdemos todos: los pueblos indígenas cruceños que ven avasallados sus territorios, los empresarios que no encuentran seguridad jurídica para invertir, los campesinos que son utilizados como grupos de choque y, paradójicamente, los pobres -que ante la falta de inversión ven reducidas son posibilidades de conseguir empleos-.
Asimismo, el gobierno busca -amparados en un cuestionable informe del profesor de la Universidad de Salamanca Juan Manuel Corchado Rodríguez– cerrar el caso Fraude electoral.
Al respecto, Edwin Bazán, parlamentario de la opositora CREEMOS, manifestó que: «El fiscal general, Juan Lanchipa Ponce, no puede cerrar el caso en base a un documento que no está acreditado dentro del Estado para ser tomado en cuenta dentro del procedimiento penal boliviano».
Con todo, es obvio que para Arce Catacora y toda su cúpula lo importante es limpiar la cara de Evo Morales, y allanar su retorno al poder, incluso antes del 2025.
Si a todo lo anterior, le sumamos el intento de destrucción de la estatua de Cristóbal Colon en la ciudad de La Paz por grupos indigenistas, la aprehensión de Milena Soto (integrante de la Resistencia Juvenil Cochala) y la inauguración del nuevo edificio de la Asamblea Legislativa Plurinacional (una afrenta directa a los valores republicanos), es obvio que Bolivia llega al 6 de agosto sin nada que festejar.