Avestruz Boliviana vs Leones Africanos
OPINIÓN | 11 May 2018
El año 2013 el PIB de Bolivia registro un 6,8%. Dato que el Gobierno usó para mostrar el éxito de su modelo económico “social comunitario”. Fuimos pocos quienes cuestionamos la sostenibilidad de ese crecimiento. Argumentamos que ningún crecimiento basado en un estímulo monetario es sostenible en el tiempo. A pesar de las muchas críticas que recibimos en su momento, la realidad nos acabó dando la razón: la economía de Bolivia no volvió a crecer a ese ritmo.
En mayo del 2017 el Banco Central de Bolivia decretó una reducción del encaje legal que, por lo visto, sirvió de tan poco, que tan solo once meses después se vuelve a aplicar la medida, reduciendo de 35% a 25% para depósitos a plazo fijo mayores a 720 días, y de 43% a 25% para otras cuentas en dólares, con el mismo objetivo: reapuntalar las reservas, que vuelven a caer y reducir todavía más las tasas de interés.
Esto solo significa una cosa: seguir inflando un modelo que ya se encuentra agotado. Al igual que el avestruz que ante las dificultades corre hacia adelante, nuestras autoridades siguen inyectando liquidez para evitar de esa manera enfrentar el problema. Lastimosamente, tarde o temprano, la realidad toca la puerta, ya que ninguna economía se sostiene sin ahorro ni inversión.
El escritor Theodore Dalrympe explica que un factor del éxito de los socialistas es el “sentimentalismo tóxico” que impregna a la opinión pública. Muchas personas están dispuestas a votar por políticos que les prometan el cielo en la tierra, y en eso, la izquierda es especialista. Las ofertas de créditos baratos, de educación y de salud gratuitas son políticamente rentables en el corto plazo, pero fatales en el largo. En cierta medida, nuestras naciones cosechan lo que siembran.
A diferencia de América Latina, algunos países de África decidieron ir por el camino contrario y se sacudieron del socialismo.
En junio del año 2010 el McKinsey Global Institute (MGI) publicó un informe sobre la economía africana titulado “Leones en movimiento”.
El director del MGI Charles Roxburgh explica algunas causas del crecimiento de África, y destaca lo siguiente:
El flujo de la inversión extranjera es más alto que en cualquier otra región en desarrollo. Hay oportunidades para crear mercados, establecer marcas, dar forma a las estructuras industriales, influir en las preferencias de los clientes, establecer liderazgos y relaciones a largo plazo.
Las empresas están apuntalando el futuro de África. Las inversiones en agricultura, comercio e infraestructura harán que el año 2020 el PIB sea el doble que el 2010.
Un 40% de la población ahora vive en zonas urbanas y se espera que 128 millones de familias salgan del umbral de la pobreza.
Se nota una creciente reducción del gasto estatal y un notable incremento de la inversión local. Desde el año 2011 la inversión promedio de las empresas africanas es de 4 billones al año.
Adicionalmente, en muchos países africanos la corrupción se reduce ¿Cuál es el secreto? El mismo de siempre, dejar funcionar los mercados, limitar los gobiernos y respetar la propiedad privada. ¡Si señores! El capitalismo es el remedio infalible contra la corrupción.
¿Qué diferencia existe entre África y América Latina? Sus partidos políticos. En el continente negro existen partidos como el “Rwanda Patriotic Front”, “Bostwana Democratic Party” y “Kenia Jubilee Party”. Desde inicio del siglo XXI brindan a sus naciones un piso político y las pusieron en la ruta del desarrollo. Tristemente, en nuestra América, los partidos políticos de “oposición” se encuentran divagando entre sus denuncias de corrupción y su falta de proyecto político serio.
/*HUGO BALDERRAMA ES ECONOMISTA MASTER EN ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS Y PHD. EN ECONOMÍA/