La gran mentira del socialismo en Escandinavia
Cuando uno tiene un debate sobre la miseria que causa el socialismo, el eventual contrincante suele argumentar que Cuba, Venezuela o la URRS fueron fracasos, que nosotros debemos mirar a los países escandinavos (Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia) para ver el verdadero socialismo.
Los socialistas suelen justificar su postura en índices estadísticos como la esperanza de vida, la baja mortalidad infantil y la equitativa distribución de la riqueza. Pero ¿es verdad que el éxito de los países nórdicos es gracias a las políticas de impuestos elevados y subsidios estatales? No, y de hecho, las políticas socialistas han sido un factor de retraso en el desarrollo de esos países. Veamos.
A lo largo de su historia moderna, Suecia ha tenido un sistema favorable a la creación de negocios y las inversiones. El estado del bienestar comprendido entre 1970 y 1995 es la excepción a su larga tradición pro libre mercado. Como suele suceder, este período estuvo caracterizado por un estancamiento del crecimiento económico.
En Finlandia, el 90% de las grandes compañías fueron fundadas a finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX. Por ejemplo, Nokia, creada en 1865, representó el 20% de las exportaciones del país el año 2011 y fue la mayor generadora de empleos entre los años 1998 y 2007. Lamentablemente, las naciones que dependen de viejas compañías y destruyen el espíritu emprendedor se condenan al fracaso.
En Noruega, la elevada intervención estatal sostenida por la renta petrolera distorsiona el dinamismo económico. El gobierno noruego es dueño del 37% de las acciones que cotizan en la bolsa de Oslo. Además, controla también otras compañías de gran tamaño que no cotizan en bolsa, por ejemplo, Statkraft. La OCDE (Organización para lo Cooperación y el Desarrollo Económico), el año 2013, señaló que la presión tributaria sobre los ahorristas bancarios y tenedores de acciones es del 113%, política que distorsiona la relación ahorro-inversión.
Según datos de la OCDE, Dinamarca cayó del puesto 7 al 10 durante la década de 1970. Tres décadas después, recupero su ritmo de crecimiento gracias a un paquete de medidas liberalizadoras que redujeron la presión fiscal y la inflación.
En realidad, el éxito de los países nórdicos es anterior a la llegada de las políticas socialistas. Su elevado rendimiento responde a otros factores. Entre ellos, la ética protestante, la cohesión social y los valores familiares. Estas instituciones culturales explican el éxito de las naciones escandinavas, que pasaron de pobres a ricas en la medida que la economía de libre mercado se introdujo a finales del Siglo XIX, como bien lo explica el académico sueco Assar Lindbeck.
El Estado del Bienestar otorga perversos incentivos que fomentan el pillaje y, lastimosamente, los países nórdicos no son la excepción. Su otrora cultura favorable al trabajo honesto está en pleno retroceso. Nima Sanandaji, economista sueco de origen Kurdo, es autor del libro “El poco excepcional modelo escandinavo”. Obra que describe como los subsidios estatales están destruyendo los valores culturales de Escandinavia. Por ejemplo, en Suecia, un 23% de los jóvenes prefiere cobrar una renta de desempleo que trabajar (jubilación anticipada). En Noruega, el 5% de la población en edad de trabajar cobra subsidios por impedimentos “emocionales” al trabajo. Y en Dinamarca, el 20% de la población elige la vagancia como estilo de vida. Este tipo de datos muestran como las personas están cayendo en la trampa de la dependencia estatal. Una población sin aspiraciones personales, es una población fácilmente controlable, una sociedad de esclavos.
Pero el Estado del Bienestar no es el único enemigo, la migración descontrolada es el otro. Por ejemplo, un informe del gobierno sueco que recoge el diario “Sharq al Awsat”, concluye que en Estocolmo las áreas dominadas por los radicales islámicos, creció a 62 en el año 2017 sobre las 55 del año 2016. El aumento no solo incluye cantidad, sino también el tamaño geográfico de dichas áreas. La invasión musulmana tiene en la elite política sueca un aliado incondicional, ya que durante muchas décadas, a nombre de multiculturalismo y tolerancia, fomento esta práctica suicida.
Como podemos observar, los argumentos esgrimidos a favor del supuesto éxito del socialismo escandinavo son solo leyendas y falacias muy alejadas de la realidad.
Fuente: www.visorbolivia.com