¿Qué conservan los conservadores?
He observado que todo el mundo nos exige que los conservadores pidamos disculpas por nuestras ideas. Nosotros recibimos ataques desde la izquierda radical tipo Álvaro García Linera (vicepresidente de Bolivia) hasta de la libertaria Gloria Álvarez. Por un lado, nos acusan de defender privilegios de las familias más ricas de la sociedad y por el otro, de ser unos enemigos de la libertad y unos retrógrados “moralistas”.
Cuando yo recibo ese tipo de acusaciones, exigir fuentes es mi primera reacción. Obviamente, ninguno de los dos bandos es capaz de pasar esa pequeña prueba. Los libertarios inmaduros (no todos lo son) y los militantes de izquierda tienen muchas cosas en común, entre ellas, su falta de lectura y los malos modales.
A diferencia de lo que muchos creen, el pensamiento conservador es profundamente anti-estatista y defensor acérrimo de la libertad individual. Veamos algunos aspectos de esta corriente de pensamiento de la mano de Álvaro d’Ors.
Álvaro d’Ors fue un catedrático de Derecho Romano, fundador de la Universidad de Navarra y uno de los más grandes exponentes del pensamiento conservador español. El profesor D’Ors fue un defensor de las revueltas civiles contra gobiernos abusivos y del “tiranicidio” (el derecho de matar a un tirano). D’Ors distingue de manera precisa la diferencia entre justicia y ley. No todas las leyes son justas, y muchas cosas justas pueden ser ilegales. En su libro “Derecho y sentido común” explica algunos mecanismos para evadir impuestos y salvaguardar la propiedad. Por ejemplo: la creación de sociedades jurídicas cuyo patrimonio esté separado del patrimonio familiar.
Ya que la sociedad civil está compuesta por familias, el trabajo de Álvaro d’Ors le dio a esta especial importancia. Para D’Ors la familia es una institución de orden natural que se funda sobre el matrimonio (la unión entre un varón y una mujer con fines reproductivos). Por tanto, el matrimonio y la familia son instituciones anteriores y superiores al Estado.
El abogado Juan Ramón Medina Cepero, en su tesis doctoral, cita la posición del profesor D’Ors respecto a las uniones homosexuales: “Cuando los conservadores nos oponemos al “matrimonio homosexual” no lo hacemos porque odiemos a los homosexuales (tampoco aplaudimos su conducta), sino que lo hacemos para defender la soberanía familiar. Un Estado que te puede hacer creer que dos hombres o dos mujeres son un matrimonio, es capaz de hacerte creer cualquier cosa, y eso se llama tiranía”.
La organización política de la sociedad es otro aspecto muy bien desarrollado dentro el pensamiento de Álvaro d’Ors. Para D’Ors la unidad política más importante es el gobierno regional. Primero, como mecanismo más eficiente de solución de conflictos sociales. Segundo, como contención natural contra el centralismo político (viejo instrumento liberticida). Y tercero, es mucho más fácil desarticular tiranías locales que nacionales. Los conservadores siempre vimos en el Estado moderno (producto de la Revolución Francesa) un gran peligro para la libertad.
Los conservadores vemos en los Estados modernos y sus intentos de conformar una entidad supranacional una amenaza a la soberanía individual, familiar, regional y nacional. Hoy, la ONU a través de sus agencias promueve el aborto, la eutanasia, la ideología de género y un único modelo de educación para todos los millones de personas a lo largo del globo terráqueo. Por esa razón es que D’Ors siempre estuvo en contra de los acuerdos internacionales entre gobiernos y la creación de burocracias internacionales.
¿Qué conservan los conservadores? La soberanía de la familia por sobre el Estado. La autonomía de las regiones por sobre el centralismo estatista. La libertad educativa por sobre el adoctrinamiento. Y la independencia de las naciones por sobre el internacionalismo socialista. Conservador sí, y a mucha honra.
Fuente: www.visorbolivia.com