El fraude del multiculturalismo
En su libro Como ser conservador el filósofo Roger Scruton nos enseña el verdadero significado del término multiculturalismo:
«Y esto, sostengo, es la verdad del multiculturalismo. Gracias a la cultura cívica que se ha desarrollado en Occidente a partir de la Ilustración, la pertenencia social se ha liberado de la religión, de los lazos raciales, étnicos y de parentesco y de los “ritos de paso” por los que las comunidades reclaman la pertenencia de sus miembros, preservándolos de la contaminación de otras costumbres y otras tribus. Esa es la razón de que sea tan fácil emigrar a estados occidentales: no se exige del inmigrante otra cosa que la adopción de la cultura cívica y asumir los deberes que implica. » (Scruton, 2018)
Pero ¿En qué e consiste la cultura cívica que nos habla el profesor Scruton?
En la idea de un gobierno de leyes y no de hombres, un sistema económico que posibilita el éxito, la igualdad ante la ley y la garantía para todas las personas del ejercicio de las libertades de pensamiento y religión. Si señores, nuestra civilización -de la que tristemente Hispanoamérica es el barrio pobre- ya es una civilización multicultural, por eso en las fronteras de los Estados Unidos de Norte América conviven personas de todas las nacionalidades, culturas y colores de piel. El problema no radica en la multiculturalidad, sino en el concepto que tiene la izquierda de esta.
Para los socialistas el multiculturalismo es un pretexto para atacar los pilares de occidente en general, y de los EE.UU. en particular.
La corrección política nos conmina a ser tan inclusivos como podamos, a no discriminar a nadie por pensamientos, comportamientos sociales, y a soportar cualquier ataque contra nuestros valores. Con el afán de ser inclusivos, se nos enseña a denigrar aquello que es especialmente nuestro.
Esta versión enfermiza y destructiva del concepto de multiculturalidad nació de las mentes de pensadores como Herbert Marcuse, Georg Lukacs y Antonio Gramsci, cuya «Teoría Crítica» tuvo enorme influencia en la progresía de los Estados Unidos, y sirve de arsenal teórico a todos los enemigos de occidente. Por ejemplo, Tony Hall, Director General de la BBC, el año 2017 condenó a su propia cadena informativa de ser demasiado «cristiana», «blanca» y «discriminadora», y luego de una reunión con líderes musulmanes, hindúes y sijs anunció una nueva programación que refleje mejor «el papel de la religión en el Reino Unido Moderno» (MAZA)
Cuando Donald Trump se convirtió el 45. º presidente de los Estados Unidos; hizo un llamado a la asimilación patriótica. Como era de esperarse, toda la prensa socialista lo acusó de «racismo», «fascismo» y «totalitarismo blanco». Aunque en realidad, el excéntrico multimillonario estaba hablando de los valores estadounidenses del ahorro, la libertad y la iniciativa privada, y criticando la costumbre latinoamericana de esperar que un gobierno enorme les solucione la vida -todo lo contrario al fascismo, pero no esperemos coherencia ni honestidad de la izquierda-.
El multiculturalismo es una amenaza para nuestra libertad, no es un modelo benigno para el respeto mutuo entre diferentes nacionalidades, sino el arma que usa la izquierda para fragmentar nuestra civilización. Sólo tenemos que ver como California está convertida en una especie de Vietnam cultural donde los “chicanos” reclaman un imaginario reino de Aztlán, y otros hispanos gritan racismo cuando alguno de sus caprichos no es cumplido. Por eso debemos luchar con toda vehemencia contra las leyes salidas de las oficinas de la ONU, El Banco Mundial y el FMI
Trabajos citados
MAZA, C. (s.f.). La televisión pública británica anuncia un cambio, tras las críticas a su línea editorial “demasiado cristiana”. Obtenido de vidanuevadigital.com: https://www.vidanuevadigital.com/2017/01/13/la-bbc-se-abre-a-todas-las-religiones/
Scruton, R. (2018). La verdad del multiculturalismo . En R. Scruton, Como ser conservador (pág. 77). Madrid: Homo Legens.