Gina Carano vs. Disney
Lucasfilm dijo el miércoles 11 de febrero de 2021 que despidió a Gina Carano, protagonista de su serie de televisión The Mandalorian, por publicaciones en redes sociales que trazaban paralelos entre la persecusión de judíos en la Alemania nazi y la situación que viven los grupos conservadores en EE.UU -especialmente, después de la victoria de Biden-.
Esta situación, que ya se va volviendo común en el mundo del espectáculo, nos trae tres elementos para ser analizados. Veamos cada uno de ellos.
Primero, el doble estándar para juzgar el mismo hecho. Ya que en noviembre del 2020 Pedro Pascal, protagonista The Mandalorian, hizo una publicación en INSTAGRAM que comparaba a los partidarios de Donald Trump con la Confederación del Sur y con los NAZIS. Es decir, que para el actor, los 24 millones de #HISPANOSFORTRUMP son iguales a quienes exterminaron a judios en Europa. ¿Pascal sufrió alguna consecuencia en su carrera? Ninguna. De hecho, muchos aplaudieron sus declaraciones.
Segundo, en un momento donde el feminismo ha logrado imponer el concepto de feminicidio, presume del empoderamiento femenino y reclama cuotas de género en todos los ámbitos laborales, no se ve a grupos feministas protestar por el despido de Gina Carano. Al parecer, la sororidad feminista sólo aplica a las militantes de los colectivos del pañuelo verde, pero no a todas las mujeres.
Tercero, la izquierda, que presume de luchar contra la discriminación, por la inclusión de todas las minorias y a favor de los derechos de los inmigrantes , guardó un silencio absoluto en el caso de Carano (que por un lado es descendiente de la etnía Mohawk y por el otro de antepasados italianos).
Como vemos, las mujeres, migrantes e indígenas son importantes para las izquierdas cuando apoyan sus causas. De lo contrario, serán víctimas de la cultura de la cancelación -que podría resumirse en: «no digas tu opinión si es contraria a la mía»-
La pregunta clave es la siguiente: ¿cómo es posible que una nación que presumía de su tradición republicana, del respeto a la propiedad privada y de ser la tierra de la libertad se haya convertido en un lugar de censuras?
La respuesta la tiene Herbert Marcuse (uno de los intelectuales más influyentes en la new left americana) que en sus propias palabras expresó lo siguiente:
«La supresión de lo regresivo es un requisito previo para el fortalecimiento de lo progresivo. La tolerancia liberadora significa intolerancia hacia los movimientos de la derecha y tolerancia de movimientos de la izquierda. En cuanto al objetivo de esta tolerancia e intolerancia combinadas se extendería a la fase de acción lo mismo que de discusión y propaganda».
La idea no es nueva, la izquierda siempre usa el desprestigio como estrategia de avance. Lo nuevo es el apoyo que brindan los grandes capitales -de la que alguna vez fue la nación más libre del mundo- al asesinato moral y al silenciamiento a la disidencia.
Son las tácticas por las cuales la izquierda controló primero la academia, y de ahí se extendió como un cáncer por toda la sociedad americana. Llegando ahora a la Casa Blanca. Son teorías de Marcuse y Alisnky filtradas a todos los espacios culturales de los Estados Unidos. Por eso la izquierda no solo es el ala más influyente, sino la que marca la agenda de mediano y largo plazo al partido Demócrata.
Pero no todo está perdido en los EEUU. Ya que el pasado 13 de febrero, con 57 votos a favor y 43 en contra, se cayó la farsa del juicio político contra Trump. Y eso brinda una esperanza para los más de 80 millones de norteamericanos que aman a su patria y la quieren libre del socialismo.
Si señores, es como dijo Donald Trump: «Nuestro movimiento histórico, patriótico y hermoso para ‘Hacer a EE.UU. grande de nuevo’ solo acaba de empezar. En los meses venideros, tengo mucho que compartir con ustedes y espero continuar nuestro increíble viaje juntos para lograr la grandeza estadounidense para toda nuestra gente. ¡Nunca ha habido nada igual!».
Y como diría mi amigo Javier Milei: «VIVA LA LIBERTAD CARAJO».