Pobres, ignorantes y enfermos, la agenda del Foro de Sao Paulo
Mis casi dos décadas impartiendo clases en universidades bolivianas me permiten concluir algo: Año que pasa, con salvadas excepciones, los jóvenes tienen peor la redacción y la ortografía, ni hablar del hábito de lectura y el pensamiento lógico.
Penosamente, las universidades, cuyo único objetivo es fabricar titulados en masa sin preocuparse del conocimiento, optaron por la ruta más fácil, se adaptaron a las nuevas condiciones. De ahí, que los profesores hayamos sido casi obligados a tratar como muchachitos de primaria a adultos de más de veinte años, incluso se nos recomendó, aunque usted no lo crea, recordarles que pongan su nombre en los exámenes y respondan la mayor cantidad de preguntas posibles.
Pero la anterior afirmación no es algo que se sostenga, de manera exclusiva, en mi experiencia, sino que existen varios estudios que la respaldan, entre ellos, El Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (TERCE).
El estudio TERCE fue realizado en la región por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE), de la UNESCO-Santiago en 2013 y publicado en 2016. Bolivia se negó a participar en ese estudio, y se sumó recién en 2017 de manera individual.
Si bien los resultados estaban listos a finales del 2018, no se hicieron públicos hasta el 2020. Sucede que el 2019 era año electoral, y el cocalero buscaba, fraude de por medio, su cuarto mandato. Ergo, este tipo de cosas le jugaban en contra. Veamos algunos resultados.
Bolivia ocupa uno de los últimos lugares de América Latina en cuanto a desempeño educativo. El peor rendimiento obtenido fue en lectura y ciencias naturales para sexto de primaria y en escritura de tercero y sexto. Ello implica también que más de la mitad de los estudiantes escolares bolivianos se encuentran rezagados respecto del desempeño que deberían tener en diferentes áreas de conocimiento.
En las clases de historia se intenta, por cualquier medio posible, tergiversar los hechos, especialmente, el papel de España y el catolicismo. Empero, al mismo tiempo, se busca endiosar a Fidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales.
Entonces, que los niños y jóvenes bolivianos no sepan diferenciar los usos de la c, la s y la z no es el fracaso del modelo educativo, sino su mayor éxito. Michael W. Apple lo explica muy bien, quien controla la educación, también, controla la mente. Por ende, nada mejor para una dictadura que gente ignorante, inculta y con poco espíritu crítico, es como gobernar gallinas.
De hecho, tampoco es nada nuevo. El 16 de mayo de 1966 el Partido Comunista de China anunció el inicio de la Revolución Cultural. Su objetivo declarado era borrar toda influencia capitalista y burguesa. Los jóvenes chinos de ese entonces fueron los grandes protagonistas de ese proceso, que masacró a miles de personas. Al final, para lo único que sirvió fue para crear un culto a la personalidad de Mao Zedong.
En conclusión, la crisis económica, el desastre educativo y ahora la catástrofe medioambiental que vivimos los bolivianos no son errores que podamos atribuirles a Evo Morales y Arce Catacora, sino un plan deliberado para dejarnos pobres, ignorantes y enfermos. Nos gobiernan unos psicópatas, a ver si los fanáticos del diálogo lo van entendiendo.