La Familia Obama, Embajadores del Socialismo Mundial
OPINIÓN | 22 Jun 2018
En noviembre del 2008, de la mano de Jon Faureau, un joven de 27 años adicto a los videos juegos, Barack Obama ganaba las elecciones de EEUU. Esa elección fue vital para el pueblo estadounidense, pensaron que estaban eligiendo un presidente para su país, pues resulta que no. Obama tenía aspiraciones más altas; él estaba interesado en implantar el socialismo a nivel global.
Obama siempre mostró su simpatía por los dogmas marxistas de la redistribución de la riqueza y la justicia social. Durante su campaña electoral, citó varias veces las clásicas fuentes marxistas que muestran la brecha porcentual entre los más ricos y lo más pobres. Ya en el gobierno, decretó una subida del salario mínimo y un incremento en los impuestos, que causaron que el cierre de 146 mil puestos de trabajo en el sector restaurantero. Paradójicamente, los mayores perjudicados fueron los latinos y negros, minorías que Obama decía defender.
Para Obama, era más importante la suerte de las naciones tercermundistas, que la estabilidad de su país. Así lo demostró con la “Ley de Pobreza Mundial”, ley que obliga a los EEUU a destinar un 0,7% del PIB a financiar proyectos de desarrollo y lucha contra la pobreza.
En un acto de graduación de la Universidad Wesleyana, localizada en Middletown, Estado de Connectitud, el presidente aconsejó a los graduados no perseguir el sueño americano, sino “servir al bien común y a la comunidad”. Por su parte, Michell Obama, esposa de Barack Obama, pidió a un grupo de mujeres jóvenes de Ohio abandonar los EEUU empresariales. “No entres en la América corporativa, mejor conviértete en maestra o trabajadora social”.
¿Cómo es posible que una nación fundada sobre los principios del gobierno limitado, la propiedad privada y los mercados libres haya caído manos socialistas?
Para responder esa pregunta debemos estudiar la Escuela de Frankfurt. Corriente del marxismo que reemplazó al “intelectual” por el obrero y la “teoría crítica” por la praxis revolucionaria.
La “teoría critica” es un bodrio lleno de contradicciones cuya único fin es separar la sociedad en víctimas y victimarios. Si un estudiante reprueba no es por falta de aplicación en los estudios, sino por culpa de los profesores “conservadores”. Las depresiones de los homosexuales son culpa de la sociedad y no producto de su vida desordenada. Debe eliminarse cualquier requisito para la migración. Y si no votas por un candidato latino o negro es porque eres un racista. Todo ese coctel ideológico fue introducido en las universidades, como muy bien lo describen los profesores Bruce S. Thorton y Roger Kimball, y de ahí, se filtró a los medios de prensa y a la opinión pública.
Por eso, la importancia del triunfo de Donald J. Trump. Que el excéntrico millonario haya llegado a la Casa Blanca es, al mismo tiempo, una derrota de la izquierda y una recuperación del espíritu norteamericano. De ahí, que los socialistas del partido Demócrata pretendan tambalear su gestión cada día.
/*HUGO BALDERRAMA ES ECONOMISTA MASTER EN ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS Y PHD. EN ECONOMÍA/
Fuente: VISOR BOLIVIA