La inflación y el hambre
En 1936, E. Parmalee Prentice escribió “Hunger and History”. La obra es un relato de las hambrunas que sufrió la humanidad entre los siglos XV al XVIII, el mundo esa época no estaba muy poblado, no había escases de tierra ni de espacio, pero la humanidad vivía en la miseria casi todo el tiempo. Estas hambrunas estuvieron acompañadas de los horrores de siempre: saqueos, muertes prematuras e incluso canibalismo.
La realidad es que el mito de la sobrepoblación no tiene nada que ver con la miseria ni la falta de alimentos. Época tras época, la gente ha muerto de hambre en regiones con poca población y muchas tierras fértiles. Otro autor, Cornelius Walford, explica que las hambrunas son el resultado de la estupidez humana y sus malas acciones, entre ellas: el control de precios, los impuestos, la socialización de la tierra y la destrucción de la moneda. La suma de los cuatro factores se llama socialismo.
La inflación es la erosión del valor de la moneda, resultado natural de la manipulación gubernamental del mercado monetario. Definir a la inflación como la subida general de precios es un error; es confundir el efecto con la causa. Cuando hay inflación los salarios y el ahorro pierden valor constantemente, los empresarios no pueden hacer cálculos de costos y los más pobres subsidian a los más ricos. Con razón, el premio Nobel en Economía, Milton Friedman, en su último trabajo sobre temas monetarios, sostiene “que el dinero es un asunto muy importante como para dejarlo en manos de los bancos centrales”.
Paralelamente, la inflación destruye los sueños de las personas, los países con altas dosis inflacionarias son, al mismo tiempo, naciones miserables. Al destruirse el dinero, se destruye la capacidad de adquirir otras mercancías. Las colas por pan y azúcar son interminables. Y la salud se vuelve un lujo que nadie puede pagar.
Dos son los principales instrumentos que usan los gobiernos para generar inflación. Primero, incrementar la base monetaria para financiar sus enormes gastos. Y segundo, manipular la tasa de interés por debajo de la tasa de mercado. Medida que crean un auge ficticio, pero que a la larga consume capital y genera mayor pobreza.
Me parece ridículo debatir sobre metas de inflación, cuando en realidad, el problema radica en la intromisión estatal en la economía, no es una cuestión de grado, es una cuestión fondo. Entonces, ¿Por qué no pensar en quitar al gobierno de los asuntos monetarios?
Para terminar, quiero brindar mi apoyo a mi amigo Mauricio Ríos García, gran economista, que los últimos días está siendo constantemente atacado por aconsejar que los ciudadanos bolivianos protejan sus patrimonios ahorrando en dólares. Ya lo decía el gran G.K Chesterton “Un día será necesario sacar la espada para afirmar que el pasto es verde”.
Para terminar, quiero brindar mi apoyo a mi amigo Mauricio Ríos García, gran economista, que los últimos días está siendo constantemente atacado por aconsejar que los ciudadanos bolivianos protejan sus patrimonios ahorrando en dólares. Ya lo decía el gran G.K Chesterton “Un día será necesario sacar la espada para afirmar que el pasto es verde”.
Fuente: www.visorbolivia.com