La educación es un instrumento de poder, es hora de usarlo
El inicio de clases y el proceso de enseñanza son dos grandes enigmas que tienen inquietos a los padres bolivianos. No es para menos, pues hasta la fecha no se conocen si las clases serán presenciales, semipresenciales o virtuales.
Además, que desde hace varias décadas el ministerio de educación, al igual que muchas reparticiones del Estado boliviano, es un botín para los militantes del partido en función de poder. Por ende, la educación boliviana queda en manos de incompetentes, en el mejor de los casos, o de socialistas de diferentes colores, en el peor.
Penosamente, desde la llegada de Evo Morales al poder, la educación boliviana está impregnada de todos los dogmas progresistas de moda. Por ejemplo, algunos artículos de la ley educativa vigente dicen lo siguiente:
Es descolonizadora, liberadora, revolucionaria, anti-imperialista, despatriarcalizadora y transformadora de las estructuras económicas y sociales; orientada a la reafirmación cultural de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, las comunidades interculturales y afrobolivianas en la construcción del Estado Plurinacional y el Vivir Bien (Ley N° 070. Ley de la Educación Avelino Siñani – Elizardo Pérez, 2009, art. 3.1).
Como vemos, el sistema educativo busca homogeneizar a todos los niños y jóvenes, la vieja utopía del hombre nuevo socialista.
Como decía Louis Althusser: «la reproducción del poder laboral requiere no sólo una reproducción de sus habilidades, sino también, al mismo tiempo, una reproducción de su sumisión a las reglas del orden establecido, es decir, una reproducción de la sumisión a la ideología gobernante para los trabajadores, y una reproducción de la capacidad de manipular la ideología dominante correctamente para los agentes de explotación y represión».
Paradodigacemente, el socialismo -corriente de pensamiento a la que Louis Althusser adhería- es el sistema que más usa la educación como instrumento de reproducción del sistema dominante y mecanismo de explotación infantil.
Pero como la luz siempre prevalece por sobre la oscuridad. En días pasados Adrian Quelca (ministro de educación) decidió dejar en manos de las direcciones departamentales la organización de las clases. Muchos padres, si es que no todos, se asustaron ante tamaña decisión. Pero creo que debemos aprovechar la oportunidad, pues es la primera vez en décadas que el Estado nos devuelve la educación a las familias.
Por eso, mientras los padres continúen con su rol de maestros, es necesario que se equipen con instrumental que les ayude a fortalecer la educación de su prole -seamos honestos, el material provisto por las escuelas sirve para aprobar de curso, pero no para aprender- y de ahí la necesidad de estudiar viejos métodos, aunque muy efectivos, de aprendizaje, por ejemplo, el sílabo.
El sílabo está dividido en dos partes: el Trivium y el Cuadrivium. La composición del Trivium, que precedía al Cuadrivium y que era la disciplina preliminar a él, consistía de tres partes: Gramática, Dialéctica y Retórica, en ese orden.
Ahora, lo primero que notamos es que por lo menos dos de los componentes del Trivium no son lo que nosotros llamaríamos del todo «asignaturas». Son solamente métodos de tratar con las asignaturas -la Gramática, ciertamente, es una «asignatura» en el sentido que definitivamente significa aprender un idioma-.
Pero el idioma en sí mismo es simplemente el medio por el que se expresa el pensamiento. De hecho, la totalidad del Trivium tenía el propósito de enseñarle al estudiante el uso apropiado de las herramientas del aprendizaje, antes que comenzara a aplicarlas completamente a las asignaturas.
Primero, aprender un idioma, no solo como ordenar una comida en un idioma extranjero, sino la estructura de una lengua. Por ende, el idioma en sí, lo que es, lo que significaba armarlo y su funcionamiento. Segundo, aprender a usar ese idioma, verbigracia, definir sus términos, hacer declaraciones precisas, construir un argumento y detectar falacias, es decir, comprender la Lógica y la Disputa. Tercero, aprender a expresarse en ese idioma, decir lo que tenía que decir de manera elegante y persuasiva, que no tiene nada que ver con esa moda ridícula de la comunicación asertiva. Para terminar, se debe pedir que componga una tesis sobre algún tema seleccionado por sus padres, o por él mismo, y luego defenderla frente a la crítica del cuerpo examinador -pueden ser otros padres-
El Cuadrivium lo componen las artes, la aritmética, la geometría y las ciencias de la naturaleza.
Ahora bien, se debe entender el arte como la representación suprema de la belleza, pero no como la expresión de la «originalidad», por favor, poner un urinario sobre una mesa no es arte, es una cochinada.
Las matemáticas (aritmética y geometría) contribuyen a la formación de valores en los pequeños, determinando sus actitudes y su conducta. Sirven como patrones para guiar su vida, un estilo de enfrentarse a la realidad de manera lógica y coherente, la búsqueda de la exactitud en los resultados, una comprensión y expresión clara a través de la utilización de símbolos, capacidad de abstracción, razonamiento y generalización.
Finalmente, las ciencias naturales se encargan de todo aquello dado por la naturaleza (ríos, cerros, plantas, minerales, rocas, animales, etc.). El ser humano, como cuerpo físico, es estudiado por la biología, sin embargo, su dimensión social forma parte de las ciencias sociales, por ejemplo, la política.
Estimado padre de familia, la educación es un instrumento de poder, es hora de utilizarlo para formar una nueva generación de bolivianos.