América Latina, entre el buen salvaje y el socialista cruel
El periodista venezolano Carlos Rangel, en su libro Del buen salvaje al buen revolucionario, describe muy bien el pensamiento político latinoamericano. El “pathos” de nuestros países busca culpar de todos sus males a alguien más. Comúnmente, los blancos elegidos para descargar las frustraciones son la iglesia católica, la conquista hispana o los Estados Unidos de Norte América. Pero al mismo tiempo, se busca exaltar unas supuestas virtudes que los hispanoamericanos poseemos en mayor dosis que el resto del mundo.
Rangel demuestra que esas ideas son solo nostalgias que nos quitan objetividad, y nos hacen caer en manos de demagogos que nos esclavizan con promesas de salud, educación y viviendas gratuitas.
Ese recurso también sirve para atacar a España o a los Estados Unidos, por ejemplo, a raíz de los tiroteos en El Paso Texas y Dayton Ohio, Javier Corral Jurado (Gobernador de Chihuahua) en su cuenta de Twitter manifestó lo siguiente: “Es hora de que Estados Unidos discuta hasta donde irá la facilidad para la venta indiscriminada de armas. Lo que enfrentan es un terrorismo interno fruto de que cualquier persona puede adquirir un arma de alto poder en su supermercado”.
Por su parte, la cancillería venezolana pidió a los ciudadanos de ese país postergar sus viajes al país del norte, y el mismo comunicado el chavismo aprovecha de criticar “la venta y la posesión indiscriminada de armas en los EE.UU.”
Al parecer los gobiernos de Venezuela y México son buenos para encontrar una paja en el ojo ajeno, pero pasar por alto la viga en los suyos. Veamos algunos datos de la triste realidad de esta parte del continente.
En un informe de marzo del 2018 del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal (CCSPJP), una organización civil mexicana que cada año elabora un listado con las 50 urbes más violentas del mundo. Sus resultados los toman de referencia tanto medios de comunicación como organizaciones internacionales. Para elaborar la lista, se utiliza una metodología sencilla, comparando el número de homicidios por cada 100.000 habitantes. También incluyen únicamente aquellas ciudades que superan los 300.000 habitantes y computan solo los homicidios intencionales o muertes por agresión.
Y de las 50 ciudades del ranking 17 están en Brasil, 12 en México, 5 en Venezuela, 3 en Colombia y 2 en Honduras. También hay una ciudad de El Salvador, otra de Guatemala y una de Puerto Rico.
Sin embargo, José Antonio Ortega, presidente del CCSPJP, el 26 de enero del 2016, le dijo a BBC Mundo que “el método para Venezuela mezcla los reportes de prensa con los informes sobre el ingreso de cuerpos a las morgues”
Resulta patético que nuestros políticos aprovechen cualquier ocasión para atacar a los Estados Unidos de Norte América, pero jamás hablen de nuestros eternos problemas.
No veo a los presidentes ni ministros de relaciones exteriores lanzar un pronunciamiento sobre los 4 millones de venezolanos que huyeron de su país. Ni de las intromisiones descardas del Foro de Sao Paulo en Bolivia, Chile y Argentina.
Que pena que nuestros países se ilusionen con el “buen salvaje” mientras son abusados por los socialistas crueles (perdón por la redundancia).
Wulfran Escorcia
agosto 8, 2019 @ 10:34 pm
Excelente Artículo
Muy Objetivo
Nada que agregar